
Acabamos de recibir la noticia que la Comunidad Valenciana vuelve a liderar el ranking de las autonomías más endeudadas y que el Ayuntamiento de Valencia, solo superado por el de Madrid, soporta una carga financiera mucho mayor que el de Barcelona y resto de consistorios de España.
Así las cosas, en el 2011 Valencia no va a poder endeudarse más, o dicho de otro modo, fruto del endeudamiento bestial que sufrimos, Valencia no va a poder pedir créditos en el 2011 para sostener toda su estructura política, burocrática y de servicios al ciudadano.
¿Qué salida les queda a nuestros gobernantes? O recortar sin miramientos los gastos y los servicios o subir los impuestos. O ambas.
A partir del 2011 los valencianos vamos a notar en nuestras carnes el resultado negativo de esta gestión. Sin endeudamiento estamos abocados a la pérdida de servicios públicos o, cuanto menos, a percibir su empeoramiento. Veremos irremediablemente como nos suben los impuestos, arbitrios y el coste directo del metro, del autobús, de la hora, la grúa, las multas, las tasas municipales de licencias, el recorte de personal….
Gobernar a base de créditos es muy sencillo y como la ciudadanía no percibe el lado malo de las cosas suele ser políticamente rentable hasta el momento de dejar en herencia ese endeudamiento a las generaciones venideras.
Si, como se nos había vendido, éramos o somos líderes en tantas cosas ¿Cómo es posible que todos los eventos y fastos nos hayan dejado este resultado ruinoso? ¿Estamos dispuestos a pagar tan alto precio y a asumir las gravísimas consecuencias sin que a nadie se pidan responsabilidades?
Comentarios
Publicar un comentario