
La vida de uno se debate entre la lucha por su transcendencia y el amor. El amor por los tuyos, por tu familia, por tu tierra, por tu identidad. La misión transcendente adquiere verdadero valor humano cuando nos sentimos legatarios y correa de transmisión de un espíritu y una identidad de ... la que hacemos herencia para nuestros descendientes. Y el amor, expresión de la entrega, el sacrificio, la humildad y, porque no, el acto devoto por los que más quieres, son los motores del mundo. Del verdadero mundo. No del otro.
Del verdadero mundo nos vienen las imágenes y las palabras de Mario Vargas Llosa, último Premio Nobel de Literatura, como expresión emocionada del amor perfecto. Su discurso de aceptación del premio es un verdadero legado de transcendencia y amor, irremisiblemente unidos, por la vida, la familia, la cultura y su tierra. Resulta esperanzador ver a los hombres llorar, no por vanidad, sino por las cosas importantes de este mundo. El verdadero.
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