
Nerea ya no es, como Maria San Gil u Ortega Lara, una persona del “aparato” del Partido Popular y su lenguaje dista mucho del dictado desde la sede de Génova y del entorno de Gonzalez Pons o Mariano Rajoy. María, como todos los valientes, habla claro a sabiendas que se sale de los herméticos renglones que impone el PP a sus concejales y militantes vascos y va mucho más allá de las manifestaciones oficiales del partido de la derecha española.
¿Dónde está la diferencia? Veámoslo, como si de los siete errores se tratara.
Lo que dice Nerea Alzola.” La democracia española podría "tolerar" únicamente que ETA se desarmara, entregara las armas, se entregaran los asesinos y pidieran perdón a las miles de víctimas que su barbarie ha provocado. Ellos deben reconocer su culpa, su oscuro pasado y su nublado futuro. Por eso deben ser los vencidos. Por eso las víctimas deben ser las vencedoras”.
Lo que dice Gonzalez Pons: “El único comunicado válido que admitimos de ETA es el que anuncie su disolución, la entrega definitiva de las armas y pida perdón a las víctimas”.
La grave crisis que sacude al PP en el País Vasco y que han trasladado a las asociaciones de víctimas del terrorismo reside en el perdón. ¿Por qué hemos de perdonar a ETA? Mientras Nerea Alzola exige no sólo la entrega de las armas sino también la entrega de los asesinos a la justicia del estado, Gonzalez Pons y el PP oficial hablan de la entrega de las armas para la legalización de Batasuna y el acceso de los terroristas a las instituciones vascas. ¿Y la justicia? ¿Y la dignidad de las víctimas? ¿Y el principio de igualdad de los ciudadanos ante la ley?
Por eso el liderazgo moral de los vascos reside hoy más que nunca en Nerea Alzola, Maria San Gil y Ortega Lara, así como en Voces contra el Terrorismo de Jose Francisco Alcaraz, porque ellos piden que el estado venza y derrote a ETA juzgando a los asesinos y condenándolos como se condena a este país a cualquiera que hace mil veces menos que estos sanguinarios.
Lo que proponen los demás, todos, incluso el PP a nivel oficial, es que ETA nos engañe con el lenguaje perverso del terrorismo mediante frases rebuscadas y una supuesta “entrega de armas”, cuando lo que hay que “entregar” es a los asesinos para que los sienten en el banquillo de los acusados, y no en las poltronas de las instituciones desde donde seguirán financiando y jaleando a esa ETA puta y fulera que se disfraza de lo que sea con tal de no perder la nómina oficial que pagamos sus propias víctimas que somos todos los españoles.
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