Antes de contestar a esta pregunta quiero dejar claro que comparto muchas de las cosas que se plantean en las concentraciones como es la censura a la actual clase política, el despilfarro, la corrupción, diversos temas sociales y la reforma de la ley electoral. Es más, hay jóvenes de Coalicio Valenciana que están acudiendo a las protestas. Junto a ellos, pienso que existe una juventud que acude a este tipo de actos por los graves problemas sociales –paro, vivienda..- que tienen un futuro especialmente incierto y desalentador. Todo este caldo hace que los expertos en sociología política y en geografía humana puedan cocinar un buen plato al servicio del cliente y, en este caso, quien lo va a degustar será Izquierda Unida, experta en sacar rédito de tantos movimientos antisistema, antiglobalización, feminismo, ecologismo… Todos estos, al final, tienen su propia estética y generan la adhesión mimética de muchos jóvenes atraídos por la rebelión, la contestación y la algarada. Es otra de las técnicas de la política.
Cuando el discurso se plantea en no votar ni al PP ni al PSOE hay que pensar quién es el que le sigue en la lista de más votados y no es otro que Izquierda Unida. Lo que pasa es que todo esto se ha de hacer de manera inteligente, agazapada, para que los atraídos de buena fe no puedan desconfiar de la “bondad” de la movilización.
Con pancartas y slogans “espontáneos” y de carácter romántico y poético, se entremezclan sórdidas y siniestras propuestas para la clientela más exigente: “matémosles a todos”, “vota mi culo”. Al final, una muestra de lo variopinta que puede ser una protesta.
Pero precisamente por el carácter estético y mimético de las mismas, al final, será Izquierda Unida -la madre del cordero- la que obtenga el rédito electoral con estos elementos de movilización: la reforma de la ley electoral; de la monarquía, y , finalmente, haciendo ondear discreta, pero visiblemente, la bandera tricolor republicana. Al fin y al cabo son tres ideas fuerza totalmente inasumibles tanto por el PP como por el PSOE, los dueños y señores del duopolio dominante.
Y la bondad, ilusión y candidez de muchos asistentes hará que piquen por pura deducción mimética o aritmética en el voto inducido de los que verdaderamente saben mover los hilos de la protesta.
¿Que Izquierda Unida esté detrás o delante del movimiento 15-M deslegitima a este? No, para nada. Muchas de las cosas que exigen son, siguen siendo, una asignatura pendiente de esta democracia, y mucho más con una sociedad de 5 millones de parados, sin futuro, y donde nuestra clase política se ha convertido en una nueva aristocracia que goza de vergonzosos privilegios de casta.
Pero la historia de Izquierda Unida es tan sórdida que si los jóvenes que acuden de buena fe a la rebelión del 15-M la conocieran, saldrían espantados.
Pero la historia de Izquierda Unida es tan sórdida que si los jóvenes que acuden de buena fe a la rebelión del 15-M la conocieran, saldrían espantados.
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