AYER SE CUMPLIERON 600 AÑOS del nombramiento de Fernando de Antequera como Rey de Aragón en el Compromiso de Caspe (1412) lo que sentaba las bases de la moderna nación española con la unión de los reinos de Castilla y Aragón. El papel determinante de la familia valenciana Centelles y de los hermanos Vicente y Bonifacio Ferrer inclinó la balanza hacia el candidato de Castilla frente al candidato de catalán.
Ayer, en el acto del VI centenario del Compromiso de Caspe, al que acudieron representantes políticos de Aragón. Valencia, Baleares y Cataluña, y en la intervención de la presidenta del parlamento catalán, Núria Gispert, esta aprovechó su discurso para defender «la unidad del catalán». Y lo hizo ante el propio Cotino, José Ángel Biel, presidente de las Cortes aragonesas, y Pere Palau, vicepresidente del parlamento balear, en la Colegiata de Santa María la Mayor de la localidad aragonesa de Caspe donde en 1.412 se firmó el Compromiso.
La presidenta de la cámara dijo que «no se puede pretender negar una evidencia cotidiana y científica: que el idioma que se habla, por ejemplo, en Mequinenza o en el Campell, es el mismo que se habla en Ripoll, Barcelona, Vinaròs o Ciutadella. La lengua catalana no es tan sólo patrimonio de Cataluña, sino que también lo es en otros territorios, de la Franja, la Comunitat Valenciana y las Illes Balears, y como patrimonio cultural compartido ha de tratarse».
Nuestro representante, el Presidente de les Corts Valencianes, cuya intervención fue posterior, se la envainó y desaprovechó la ocasión para darle a la catalana una lección de historia.
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