REFLEXIÓN: Cuando parecía que el tema de los trajes de Camps y sus conversaciones telefónicas que sonrojaron incluso al Presidente Fabra iban a cerrar esa fea página de corrupción que ha salpicado fatalmente a la imagen de la Comunitat Valenciana, dos nuevas noticias saltan a los titulares de portada de todos los medios de hoy: primero, la sonrojante implicación de la trama Gürtel y del ex Director General de Canal 9 repartiéndose 7 millones de euros del viaje del Papa a Valencia en el encuentro mundial de las familias y, segundo, la imputación de la ex-presidenta de las Cortes Valencianas, Milagrosa Martinez, y de la ex-consellera de Bienestar Social, Angelica Such, en la trama de financiación ilegal del PP valenciano. La pérdida del poder económico y financiero con los escándalos de Bancaja, Cam y Banco de Valencia, unido a la nula presencia de ministros en el nuevo gobierno de Mariano Rajoy, hace que el panorama de nuestra Comunidad sea verdaderamente siniestro y desalentador. Esconder la cabeza bajo el ala o intentar desdramatizar lo que verdaderamente merece la calificación, cuanto menos, de muy grave, no ayudará en nada a diagnosticar donde está el origen de la enfermedad que padece la sociedad valenciana que, a mi entender, no es otro que el bajo perfil de una clase política constituida en una casta tan intelectualmente mediocre como derrochadora, cargada de los típicos complejos de quien se sabe ignorante de los verdaderos valores que dice encarnar. Pero la verdadera culpa es nuestra, de los votantes, de la sociedad que la ha engendrado, incapaz de generar nuevas alternativas o de suministrarse mayores dosis de autoestima y ambición colectiva. Un pueblo de dame pan y dime tonto que, por el contrario, año tras año renueva la confianza en este ineficaz y caro duopolio que es la manifestación orgánica de un nuevo “Matrix” incapaz de resolver los problemas de la sociedad a la que domina y a la que engaña.
ARGUMENTO Nº 12 CONTRA LA MENTIRA DE QUE EL VALENCIANO PROVIENE DEL CATALÁN I.- ¿POR QUÉ SE PARECEN EL VALENCIANO Y EL CATALÁN? ¿POR QUÉ NO SON LA MISMA LENGUA? Es habitual escuchar que la lengua valenciana es el catalán porque son iguales. ¿Y por qué no al revés? Pues ni aun así sería cierto. Lo que no podemos negar es que el valenciano y catalán actual son lenguas cada vez más parecidas por la sencilla razón de que ambas cada vez se alejan más de la que se hablaban a principios del siglo XX. El valenciano que hablamos hoy a principios del siglo XXI huye por imperativos políticos del valenciano popular y tradicional de nuestros abuelos y bisabuelos de principios del siglo XX, ese sí, un valenciano totalmente estructurado como idioma, con una ortografía, gramática y una fonética que nada tenía que ver con el catalán. La razón de la falsedad de que valenciano y catalán sean la misma lengua estriba en que tal comparación omite el hecho capital de que ese catalán y ese valenciano d
Juan, ¿y qué decir de las inversiones del gobierno central en la Comunitat Valenciana? ¡Un 34% menos en 2012 que en 2011! Y eso que ha cambiado el gobierno y ahora mandan los mismos en Madrid que en Valencia... ¿no será que nos venden una representatividad de los valencianos que no se corresponde en absoluto con la realidad? ¿No será que se saben tan ganadores, y a nosotros tan tontos, que no se preocupan ni un ápice, ya ni como práctica electoralista, por tenernos contentos y calladitos?
ResponderEliminar